domingo, 17 de enero de 2016

SU FILÓSOFO DE CABECERA ERA UNA ENCUESTA

Utilizando el estilo de El Roto (perdonen la petulancia), intento, en el título irónico de esta entrada, encerrar ya buena parte del mensaje. A saber: Podemos está intentando, desde el primer minuto después de conocerse el resultado electoral, atacar al PSOE desde todos los frentes. Hay que interpretar que ese ataque está motivado esencialmente por el convencimiento previo (frustrado por la realidad) de que iban a convertirse en la principal referencia de la izquierda (quiero decir de abajo, en la nueva geometría política), desbancando al Partido Socialista. El fiasco conduce más tarde, con los números ya bien estudiados, a comprobar que cualquier alternativa a las políticas de derecha, que se han venido poniendo en práctica durante los cuatro años de gobierno Rajoy, pasa por ese Partido Socialista al que se considera (no olvidemos que nos denominan "casta" de manera peyorativa) "más de lo mismo". ¿Y ahora qué?, han debido pensar.

Voy a soslayar de entrada, en este escrito (sería demasiado complejo tomar en cuenta todos los factores) el hecho de que estamos (y así lo reivindican) ante cuatro grupos diferentes, cuya cohesión ideológica presenta grietas de una profundidad considerable. Supongamos, pues, que estamos ante una única voz y ante una única estrategia. ¿Cuál parece? A bote pronto, todos los indicios apuntan a una búsqueda de nuevas elecciones como otra oportunidad para producir eso que llaman algunos  el sorpasso. O sea, adelantar al PSOE y convertirse en aquel referente que decíamos. De ahí los ataques desde el inicio, los muchos palos en las ruedas, de ahí el pedir lo imposible para que el otro (el PSOE) aparezca como el que no quiere, el que rompe cualquier diálogo o negociación (simplista pero efectivo).

Ahora bien, ¿qué ocurriría si el escenario fuera ese?, ¿si -como la encuesta de Metroscopia para El País publicada ayer domingo apunta- Podemos lograra ser segunda fuerza tras el PP en un paisaje tan desmembrado como el actual (o tan rico si se quiere leer así)? ¿Sería más fácil formar un gobierno (dejen que le llame) de progreso frente a la derecha? ¿Qué habría cambiado para que así fuera? En la hipótesis de la encuesta mencionada, un acuerdo Podemos PSOE seguiría siendo indispensable (no creo que ningún dirigente de Podemos piense que, a corto plazo, podrán lograr mayoría absoluta -aunque sí esté en sus fantasías futuristas una vez "liquidado el Partido Socialista"-). 

La pregunta que surge es ¿si ahora apoyar al PSOE para formar un gobierno de cambio no es opción -parece- para Podemos, lo sería si fuesen los socialistas quienes tuviesen que apoyarlos a ellos? No cabe otra respuesta, si continuamos la lógica argumental, que deducir que sí, que entonces sí estaríamos ante un camino aceptable para Podemos. ¿Por qué? Porque lo encabezarían ellos, claro.

Una voz interior inocente me pregunta: ¿entonces Podemos lo que busca es encabezar, liderar, o, de lo contrario, dejar que salga el sol por Antequera? Ya se verá -debo responder-. Igual en algún momento de las próximas semanas conseguimos convencerlos de que la realidad del ahora ya haría posible, con la voluntad de las partes, producir el cambio, y que forzar unas nuevas elecciones, aunque la encuesta sacrosanta parezca vaticinarlo de manera infalible, no tiene por qué suponer un escenario mejor. Y habrá pasado tiempo, y todo sería entonces mucho más difícil. La responsabilidad es ahora.




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